jueves, 22 de diciembre de 2011

Rollos de Vino

 
 Después de tanto tiempos sin subir nada, voy y aparezco con esto, la receta menos elaborada que he encontrado...si es que tengo delito!! Pero en mi defensa he de decir que están muy buenos :P
  Y además, ya sabéis que los roscos son unos dulces de tintes navideños (aunque no nos vamos a engañar, de todo el año son habituales) pero en mi casa, éstos, no sé por qué, los hago prácticamente sólo en Navidad.
  En fin, os cuento: los rollos de vino no son más que una de las muchas variantes de los roscos de vino, traídos de Villena, ciudad de Alicante, donde los llaman rollos (rollicos) en vez de roscos. La receta me la pasó una amiga de allí a cambio de la de los mazapanes (vaya par de complicaciones...) y me comentó que la receta se hacía con vino tinto que era lo que le daba el contraste con el sabor dulce del espolvoreado de azúcar, pero cuando se enteró el resto de la peña que me había dicho "tal barbaridad" es cuando empezaron a contarme como los hacían todas sus abuelas que eran las que mejor lo hacían de todo Villena ¬¬ (y eso es algo que nadie se espera... pobres incautos, que no sabían que los roscos de mi abuela eran los mejores sobre la faz de la tierra, jejeje) El caso es que todo el mundo los hacía con la gran variedad de vinos que te puedas encontrar en España. Y así pues la mayoría los hacían o con vino blanco o con moscatel, que eran los que más triunfaban (lo que me recuerda que el mejor moscatel que he probado era de allí).
  Y cambiando de tema, pero hablando de lo mismo es que lo mejor de esta receta es lo fáciles que son de hacer los rollos y el buen resultado que dan, lo que es muy útil a la hora de hacer algo en Navidad, ya que siempre vamos pillados de tiempo, y sin más aquí os los dejo.
 





 ROLLOS DE VINO


  
 Ingredientes:
  • 1 vasito de vino
  • 2 vasitos de aceite
  • Harina (la que admita)
  • Azúcar


Preparación:
  
  Echamos en un cuenco el vino y el aceite (y si se quiere un poco de azúcar) y se va agregando la harina poco a poco hasta que se forme una masa que se despegue de las paredes.
  La dejamos reposar entre media y una hora y disponemos en una bandeja de horno formando rosquillas.
  Horneamos entre 20 minutos y media hora hasta que se empiecen a dorar y sacamos del horno.
  Dejamos templar y los rebozamos en azúcar glass (o con azúcar granulada si nos queremos salir de la regla que marcan los villeneros)